domingo, 3 de julio de 2011

Lunes 11 de julio del 2011. Mt 10,34-11,1

NO PAZ, SINO ESPADAS. Mt 10,34-11,1.
34 No penséis que he venido a sembrar paz en la tierra: no he venido a semrar paz, sino espadas;
35 porque he venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con la madre, a la nuera con la suegra;
36 así que los enemigos de uno serán los de su casa (Miq 7,6).
37 El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí;
38 y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
39 El que ponga al seguro su vida, la perderá, y el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.
40 El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado.
41 El que recibe a un profeta en calidad de profeta tendrá recompensa de profeta; el que recibe a un justo en calidad de justo tendrá recompensa de justo;
42 y cualquiera que le dé a beber aunque sea un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por su calidad de discípulo, no se quedará sin recompensa, os lo aseguro.


11 1 Cuando terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús se marchó de allí, para enseñar y predicar por aquellos pueblos.

EXPLICACIÓN.

10,34-11,1. Disipa un malentendido. Hay que trabajar por la paz (5,9), mediante la opción contra la riqueza (5,3), para implantar la justicia (5,6); pero este mensaje y conducta suscita una tremenda oposición. La primera lealtad, para Jesús, y ésa hasta dar la vida (37s), ahí está la realización del discípulo (38). Portadores de la presencia de Jesús y del Padre (40). La recompensa (42) es la comunicación con el Padre. Se cierra el discurso (11,1) con un epílogo semejante al de 7,28. Sus doce discípulos, como en 10,1.

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