domingo, 3 de julio de 2011

Domingo 10 de julio del 2011. Mt 13,1-23

DISCURSO EN PARÁBOLAS. Mt 13, 1-9.
13 1 Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar.
2 Se congregaron alrededor de él grandes multitudes; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado allí; toda la multitud se quedó en la playa.
3 Les habló de muchas cosas en parábolas:
- Salió el sembrador a sembrar.
4 Al sembrar, unos granos cayeron junto al camino; vinieron los pájaros y se los comieron.
5 Otros cayeron en terreno rocoso, donde apenas tenían tierra; como la tierra no era profunda, brotaron en seguida;
6 pero en cuanto salió el sol se abrasaron y, por falta de raíz, se secaron.
7 Otros cayeron entre zarzas; las zarzas crecieron y los ahogaron.
8 Otros cayeron en tierra buena y fueron dando fruto: unos, ciento; otros, sesenta; otros treinta.
9 ¡Quien tenga oídos, que escuche!

EXPLICACIÓN.

1 - 9. Mt relaciona el discurso con los episodios anteriores (aquel día). La casa, el círculo de los discípulos. El lago/mar, frontera con los pueblos paganos (4,18). Jesús se sitúa en la barca, entre Israel y los paganos.

DISCURSO EN PARÁBOLAS II Mt 13, 10-17.
10 Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
- ¿Por qué razón les hablas en parábolas?
11 Él les contestó:
- A vosotros se os han dado a conocer los secretos de reinado de Dios; a ellos, en cambio, no se les han dado;
12 y al que produce se le dará hasta que le sobre, mientras al que no produce se le quitará hasta lo que ha recibido.
13 Por esa razón les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.
14 Se cumple en ellos la profecía de Isaías:


Por mucho que oigáis no entenderéis,
por mucho que veáis no percibiréis:
15 Porque está embotada la mente de este pueblo;
son duros de oído, han cerrado los ojos
para no ver con los ojos ni oír con los oídos
ni entender con la mente
ni convertirse
para que yo los cure (Is 6,9-10).

16 ¡Dichosos, en cambio, vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen!
17 Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron, y oír lo que oís vosotros, y no lo oyeron.

EXPLICACIÓN.

10 - 17. Aparte con los discípulos. No ven la razón de hablar en parábolas; piensan que el mensaje es accesible a todos. Respuesta de Jesús: ellos, por su convivencia con él, han podido conocer lo que implica el reinado de Dios (universalidad, cese del privilegio e instituciones de Israel, señorío del hombre sobre la Ley), mientras las multitudes siguen aferradas al espiritu nacionalista. Eso las incapacita: se requiere una ruptura con esa ideología para entender el mensaje (11). Al que produce (lit. "al que tiene"), forma dinámica en vez de la estático-resultativa (cf. 16,7.8; 25,29); paralelamente, al que no produce, lo que ha recibido (12). Los discípulos deben saber apreciar su circunstancia (16).

DISCURSO EN PARÁBOLAS III. Mt 13,18-23.
18 Escuchad ahora vosotros la parábola del sembrador:
19 Siempre que uno escucha el mensaje del Reino y no lo entiende, viene el Malo y se lleva lo sembrado en su corazón: eso es "lo sembrado junto al camino".
20 "El que recibió la semilla en terreno rocoso" es ese que escucha el mensaje y lo acepta en seguida con alegría;
21 pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, falla.
22 "El que recibió la semilla entre zarzas" es ese que escucha el mensaje, pero el agobio de esta vida y la seducción de la riqueza lo ahogan y se queda estéril.
23 "El que recibió la semilla en tierra buena" es ese que escucha el mensaje y lo entiende; ése si da fruto y produce en un caso ciento, en otro sesenta, en otro treinta.

EXPLICACIÓN.

18 - 23. Cuatro actitudes posibles en el mismo hombre. No basta oír, hay que entender (13,14.16), es decir, aceptar el mensaje como norma de vida. Si no, se cederá a la tentación (6,13) y no se hará la opción requerida (19). Superficialidad e inconstancia (cf. 5,10) (20s). Preocupaciones y atractivo de la riqueza (cf. 6,25.34) (22s). La tierra buena, cf. 7.24s, el que funda su casa sobre roca. El éxito del mensaje depende del hombre mismo. No habrá reino de Dios sin colaboraciń humana.

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